¿Eventos? Sí, gracias

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¿Eventos? Sí, gracias  

 

– La crisis económica no debería implicar la renuncia a la organización de eventos Si hablamos de eventos en la actualidad, la frase más recurrente en las empresas es “Aquí no se hacen eventos”. No en vano, el sector atraviesa un momento de cambio, por lo que nuestra misión como gestores integrales es cambiar esa concepción y explicar la rentabilidad de los eventos. Como empresa organizadora de eventos, debemos adaptamos a las peticiones de nuestros clientes. Por ello mismo, hemos de brindar un trabajo acorde a sus necesidades y posibilidades. Cada evento es un mundo diferente con objetivos completamente dispares. Habida cuenta de la situación en la que estamos y de las dificultades que atraviesan muchas empresas, es crucial diseñar proyectos rentables y creativos. Será así como las empresas y las instituciones lograrán “meterse al cliente en el bolsillo”. Como es lógico, los presupuestos destinados a la organización de eventos son bajos y la envergadura de éstos se reduce. La gran pregunta Ahora bien, ¿realmente resulta rentable o beneficia a la empresa dedicar un porcentaje económico a la organización de eventos? Claro que sí. Es ahora – más que nunca – cuando las empresas necesitan fortalecer su relación con el cliente; estar más cerca de él para ganarse su confianza y, sobre todo, para recordarle que sigue estando ahí, a su alcance. Asimismo, un evento es una manera de acercar al cliente al producto final, de modo que pueda percibir sus ventajas y cualidades y ser él mismo quien decida si le convence o no. Sería, por así decirlo, una reunión in situ cliente-producto. Por otro lado, hay que destacar la importancia de los eventos internos. De hecho, está comprobado que, si la plantilla de la empresa se siente contenta y cómoda, el rendimiento de ésta es mucho mayor. Por consiguiente, esta modalidad de eventos sirve para que los empleados se sientan una parte imprescindible de la firma. En estos tiempos en los que el mundo del trabajo rezuma negatividad, resulta primordial tener satisfecho al staff de la empresa. Todo ello no está en contradicción con el hecho de que los presupuestos destinados a la organización de eventos sean ahora distintos. Sin embargo, se pueden afrontar eventos con desembolsos más bajos que, no por ello, impliquen una merma en la calidad.
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